(SLT-FAUBA) El trigo es uno de los tres granos más importantes a nivel mundial. En la Argentina, cada año se cultivan entre 5 y 6 millones de hectáreas, cuya producción se exporta sobre todo a Brasil, Perú y Bolivia, y también a países fuera de la región como Turquía y Marruecos. En este contexto, resulta indispensable contar con información detallada sobre las regiones de nuestro país donde se produce trigo y sus condiciones ambientales. Por esta razón, en octubre 2021 se lanzó el ‘Nuevo Mapa de Subregiones Trigueras Argentinas y de Otros Cereales Invernales‘, elaborado por profesionales de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y del Instituto Nacional de Semillas (INASE). Este mapa presenta actualizaciones e innovaciones mayores respecto del anterior, en función de los últimos avances científicos.
Según Pablo Abbate, profesional del INTA Balcarce y coautor del nuevo mapa triguero, “esta nueva edición soluciona varios problemas que tenía la versión previa, de 1952. Por ejemplo, delimita las distintas subregiones a partir de variables como precipitación, temperatura, relieve y suelo. Las 26 subregiones caracterizadas ahora coinciden con los límites políticos de departamentos y localidades, algo que el mapa anterior no contemplaba y por lo cual los cálculos de producción, siembra y calidad se volvían complicados”.
Por su parte, Daniel Miralles, también coautor del mapa y docente de Cerealicultura en la FAUBA, hizo hincapié en que la detallada caracterización climática y latitudinal ahora permite que los usuarios identifiquen con precisión las zonas más aptas para realizar el cultivo. “Esto le da al mapa una potencialidad renovada, sobre todo al sumarle las ventajas de tenerlo en versión digital”.
“Dos de las grandes mejoras de esta herramienta son que está disponible digitalmente en alta resolución y que es compatible con los actuales Sistemas de Información Geográfica. Eso nos da la posibilidad de superponer el mapa con imágenes satelitales que muestran la ubicación exacta de los lotes productivos”, puntualizó Abbate.
Y agregó: “Gracias a estos avances, el mapa nos permite ordenar la información geográfica del trigo y distintas variables de los cultivos, tales como cultivares, manejos agronómicos, producción, rendimiento, superficie sembrada y calidad obtenida en los distintos lugares”.
Información para actuar
El mapa es una herramienta indispensable para tomar decisiones de manejo. Al respecto, Miralles aclaró que “cuando un cultivar inédito se trata dentro del Comité Asesor del INASE, la empresa o el organismo que busca sembrar esas semillas debe detallar en qué región de este nuevo mapa está recomendado ese cultivar. Por esta razón, los mejoradores y las empresas están obligados a usarlo”.
Además, añadió Miralles, dado que este mapa tiene un mayor nivel de detalle que el anterior, también es útil para los productores, porque aunque no lo utilicen de forma directa, pueden obtener información importante sobre las zonas geográficas que están caracterizadas.
El mapa tuvo una excelente recepción entre el público. Abbate comentó que, desde su lanzamiento ya suma casi 10.000 consultas online. No obstante, los investigadores también son conscientes de las dificultades que puede presentar el manejo de un mapa tan detallado. “Su gran precisión hace que usarlo sea más complejo. Pero el sistema agrícola actual requiere de herramientas que reflejen su alta complejidad”, advirtió.
Finalmente, Abbate indicó que el mapa también es útil para estudiantes y profesionales que quieran conocer mejor las zonas donde se cultiva trigo. En particular, enfatizó que el mapa anterior muchas veces no era suficiente para realizar un buen asesoramiento. “Ahora es posible dar recomendaciones de manejo más adecuadas con solo usar el mapa. Pero, al margen de los casos puntuales, cualquier persona puede acceder a esta herramienta y obtener información correcta y precisa del cultivo”.
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