(SLT-FAUBA) El temporal que azotó amplias zonas del país el pasado domingo 5 de febrero afectó seriamente a pequeños productores del Área Metropolitana Bonaerense (AMBA), que representa la principal zona hortícola de la Argentina. Allí se registraron ráfagas de más de 100 km/h que generaron fuertes pérdidas en la producción de los cultivos, así como en invernaderos y en las viviendas de los productores, que están reclamando el apoyo por parte del Estado, aún sin respuesta.
“Áreas arrasadas y numerosos invernáculos destruidos requieren rápidas decisiones de los gobiernos locales, provincial y nacional, a fin de dar respuesta a la emergencia social y económica -en primera instancia- y a restablecer las condiciones productivas que permiten mantenerse en la producción a numerosas familias, que suman esta emergencia a la crítica situación estructural, creciente dependencia de los mercados e inadecuadas políticas públicas”, sostuvo la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria (Calisa) de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA).
“Adherimos solidariamente y apoyamos las legítimas reivindicaciones de las organizaciones que expresan a estos sectores y canalizan sus reclamos y propuestas”, añadió la Calisa en un comunicado.
Actualmente la FAUBA, a través del Programa de Extensión en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), y junto a otras universidades, trabaja en la producción agroecológica y en la comercialización alternativa con varias asociaciones, entre ellas la 1610 y Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), que nuclean a más de 2500 familias de pequeños productores hortícolas. Los productos se venden en la Feria del Productor al Consumidor y a partir del programa de extensión Bolsón Soberano.
Muchos de esas horticultores se comunicaron en las últimas horas con los docentes de la facultad para hacer conocer la difícil situación que están atravesando.
Luis Pérez, presidente de la Asociación 1610, se refirió con angustia al momento que están viviendo los horticultores en una amplia zona que incluye las localidades de Florencio Varela, Abasto y sur de La Plata, afectada por la cola del tornado. “Tenemos grandes destrozos. Los invernáculos no quedaron en pie y los cultivos están muy dañados. Nosotros vivimos de eso”, lamentó. Agregó que también se perdieron muchas casas y bienes de los hogares, y que desde el domingo están sin luz y sin agua.
Desde el lunes, los productores están reclamando una ayuda a la Comisión de Emergencia integrada por el INTA y las autoridades municipales, aunque aún no llegó ningún tipo de colaboración al lugar. “Ni siquiera colchones. No nos están escuchando”, consideró Pérez. Sólo les ofrecieron un crédito bancario a 30 días, cuando cualquier ciclo productivo requiere al menos de tres meses.
Ezequiel Manso, técnico de programa Cambio Rural del INTA, desde donde trabaja con productores del cinturón hortícola platense nucleados en el Movimiento de Pequeños Productores y Productoras (MPP), destacó que “además del desastre que provocó el temporal en la producción y en las viviendas, la falta de luz en las quintas hace que los cultivos no estén recibiendo agua, porque se riegan por bomba”.
El Movimiento MPP está conformado por 500 familias organizadas de las localidades de Abasto, Etcheverry, Olmos, Los Hornos, Arana, Poblet y El Peligro. Desde la organización comunicaron que hasta hoy el Gobierno provincial les ofreció dos rollos de nylon para quinta, una ayuda que resulta insuficiente puesto que cada invernáculo lleva, por lo menos, 4 rollos y en sólo una hectárea se extienden unos 20 invernáculos.
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