(SLT-FAUBA) El área metropolitana bonaerense concentra el 30% de población de la Argentina y un ámbito donde muchas veces la urbe se superpone con la ruralidad. Allí se ubica el principal centro de consumo del país y unos 10.000 productores de alimentos, al tiempo que están presentes la mayor parte de los mercados concentradores y las industrias transformadoras. Sin embargo, la palabra “campo”, como suele denominarse al sector de la producción de alimentos, comúnmente no se asocia a esta región.
En este contexto, la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) decidió impulsar, por primera vez en su historia, un programa de extensión que articula diferentes proyectos en marcha, pero que a partir de ahora le asigna una estrategia institucional. La iniciativa se denominó “Programa de Extensión en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA)”, e integra el trabajo de estudiantes y docentes de 14 cátedras de la FAUBA, que vienen desarrollando 10 proyectos de extensión, sobre temas como el control integrado de plagas y la producción agroecológica con pequeños productores de Berazategui, el acceso y la calidad de agua en el partido de Estaban Echeverría y la producción de huertas en cárceles en el partido José León Suarez.
Estos son sólo algunos de los proyectos, entre una gran cantidad de iniciativas que los extensionistas de la FAUBA agruparon en tres categorías: producción agroecológica y soberanía alimentaria, comercialización y comunicación popular, y transparencia de la información.
“El Programa de Extensión en el AMBA no implica que cada grupo que venía trabajando en distintos proyectos no vaya a seguir haciéndolo de manera independiente, pero sí busca jerarquizar esos trabajos articulando entre distintos grupos y profundizando las tareas que venimos realizando”, dijo Eduardo Wright, director del Programa.
“La misión es contribuir al desarrollo sustentable y a la alimentación saludable de la población del AMBA mediante la interacción de la comunidad universitaria y los actores económicos, sociales y del Estado presentes en el territorio”, explicó Wright, quién desde hace años viene trabajando en un proyecto para el desarrollo de insumos biológicos y la transición agroecológica junto a estudiantes de la FAUBA.
“Entre otros objetivos, pretendemos complementar la formación de los alumnos y recién graduados mediante prácticas planificadas que faciliten el contacto con situaciones reales referidas a los actores y procesos participativos en las diferentes cadenas productivas”, afirmó, y agregó: “Además, buscamos fortalecer el vínculo con actores de la economía social y popular, y el desarrollo y la creación de áreas de producción agroecológica, además de dinamizar el trabajo en conjunto entre universidad y experiencias organizativas, basándonos en el trabajo digno y autogestivo, y promoviendo la participación activa de la comunidad”.
Wright recordó que, para elaborar este Programa, el grupo de docentes, investigadores, extensionistas y estudiantes trabajó durante meses para relevar los antecedentes y los proyectos en marcha, y para definir una estrategia de trabajo conjunta, con el asesoramiento de Pablo Rush, secretario de Extensión de la FAUBA. “Cuando empezamos a juntar los proyectos, nos asombró la cantidad de organizaciones con las que estábamos trabajando, muchas veces sin saber uno del otro”, reconoció.
“Encontramos líneas en común para poder continuar profundizando la transformación del territorio”, apuntó María Marta Bunge, codirectora del Programa, quién desde la FAUBA impulsa un proyecto de extensión de producción hortícola en las cárceles.
Crecimiento y valoración de la extensión
Por su parte, Rush se refirió al crecimiento y a la revalorización de los proyectos de extensión de la FAUBA, en particular desde 2006. “Hoy somos una de las facultades de la UBA que ha presentado más proyectos UBANEX (como se denomina a los proyectos de extensión financiados por la Universidad de Buenos Aires)”, dijo, y afirmó que ya existen unos 65 proyectos ejecutados.
Por otra parte, explicó que los objetivos de los Programas de Extensión recién anunciado son, por un lado, facilitar el vínculo entre la docencia, la extensión y la investigación, y por otro extender el derecho a la Universidad a las comunidades que participan de los proyectos.
Desde la FAUBA reconocieron el importante trabajo que desde hace muchos años vienen llevando adelante los estudiantes con diferentes organizaciones sociales, cuya experiencia luego se sumó al trabajo que se realiza desde diferentes cátedras para dirigir la asistencia técnica a actores sociales y problemáticas específicas.
Según Manuel Salama, integrante de la agrupación estudiantil FANA, “el Programa anunciado tiene que servir para profundizar la institucionalización de los proyectos y de la extensión en sí de la Facultad, para enriquecer la formación de los estudiantes y el vínculo con actores sociales, sus demandas e intereses”. Desde su agrupación, vienen trabajando desde hace muchos años en la comercialización de productores de la economía social y popular, así como en el acompañamiento y mejoramiento de la producción de la agricultura familiar y campesina, entre otros proyectos que también involucran en acceso al agua potable en barrios del conurbano bonaerense.
Nicolas Borrelli, estudiante de Agronomía, quien junto a docentes y horticultores de Berazategui desarrolla controladores biológicos para disminuir el uso de químicos, destacó el valor de la extensión en la formación de futuros profesionales: “A través de estos proyectos y del Programa, podemos formarnos como técnicos dirigidos a un sector de la sociedad en la que hasta ahora la Facultad no estaba orientada. Es una alternativa o un complemento a la formación académica. Además aprendemos nuevos conocimientos en el territorio mismo. O sea que, a través de la extensión, encontramos otra forma de aprender”.
El embrión
Los impulsores de esta iniciativa consideraron que se trata de apenas un embrión. “Es necesario multiplicar las experiencias de extensión universitaria y llegar a la mayor cantidad de población”, aseguró Bunge. El objetivo es ambicioso. Según Carlos Carballo, coordinador de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la FAUBA y uno de los integrantes del Programa, en el AMBA existen 4000 pequeños productores de alimentos (principalmente de floricultores, horticultores y criadores de animales de granja), además de 7000 familias que complementan la producción agraria con otro tipo de ingresos (rurales o urbanos) y miles de productores de subsistencia que no forman parte de ninguna estadística.
“Nos parece que este es el embrión del Programa en el AMBA, y que se pueden sumar otras iniciativas presentes en la FAUBA que tienen objetivos similares. Nosotros arrancamos pero sabemos que no estamos solos y que nos necesitamos, porque queremos fomentar un vínculo distinto entre nuestra Facultad y el medio que la rodea”, dijo Carballo.
Para continuar trabajando, adelantaron que, en abril de 2017, planean realizar un encuentro abierto junto con las organizaciones involucradas, para que cuenten cómo vienen avanzando en sus proyectos y presenten nuevas demandas a la universidad.
En este sentido, se destacaron las organizaciones sociales con las que vienen trabajando desde la Facultad de Agronomía de la UBA:
– Movimiento Nacional Campesino Indígena Buenos Aires
– Cooperativa Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT)
– Asociación de Productores la 1610
– Mesa de Organizaciones de la Agricultura Familiar de la Provincia de Buenos Aires
– Cooperativa Agropecuaria Productores Familiares de Cañuelas Ltda
– Asociación Civil Puente Verde
– Cooperativa de consumo “La Yumba”
– Cooperativa de Trabajo “Colectivo Solidario”
– Cooperativa de Trabajo Iriarte Verde
– Cooperativa de Trabajo Don Eduardo
– Mercado de Bonpland
– Fundación “Proyecto Pereyra”
– Colectivo “La Pirka”
– Morón Surco
– COOPERAR- Confederación Cooperativa de la República Argentina
– Red Cooperativas de Liberados
– Asociación Civil Nuevo Concepto Penal
Sé el primero en comentar en "Fuerte impulso a la extensión universitaria en el AMBA"