(SLT-FAUBA) La contaminación que afecta a la cuenca del Riachuelo, debido a los efluentes industriales que se vierten sin control, no sólo afecta al agua, sino también a los sedimentos del fondo del río que se remueven para facilitar el tránsito de los barcos y son dispuestos sin regulación sobre las orillas. Esta situación llevó a un equipo de investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) a buscar alternativas de remediación y encontró resultados novedosos en la mostaza etíope, por su excelente capacidad para extraer metales pesados. Además, esta planta también podría aprovecharse para producir biodiésel.
“A pesar de que el sedimento que se draga del fondo del Riachuelo supera los niveles de metales pesados que establece la Ley de Residuos Peligrosos Nº 24051, se lo suele disponer en las orillas del cauce y los metales se liberan. Estudiamos los límites que la Ley estipula para metales en suelos de zonas residenciales. Encontramos que nuestras muestras quintuplicaban los máximos establecidos para cromo, duplicaban los de cobre y superaban en 50% los valores para el zinc”, señaló Diana de Salazar sobre la base de los resultados de su tesis de Licenciatura en Ciencias Ambientales de la FAUBA.
En este sentido, agregó: “Por ello, para remediar o estabilizar estos lodos pensamos en la mostaza etíope, o Brassica carinata, que pertenece a la familia botánica Brasicáceas —la misma del repollo y el brócoli— conocida por sus buenas propiedades fitoextractoras. Así que la cultivamos en macetas con sustratos contaminados provenientes de las márgenes del río y, al final de su ciclo, las cosechamos y medimos la cantidad de metales que habían acumulado en la parte aérea y en las raíces”, detalló.
“Por un lado, B. carinata retuvo en sus raíces cantidades significativas de zinc (Zn) y de cadmio (Cd). Esto lo evaluamos por medio del factor de bioconcentración (FBC), que relaciona las concentraciones de metal en la raíz y en el sustrato. En general, las plantas son buenas acumuladoras si tienen un FBC mayor a 1. Nosotros, con la mostaza etíope obtuvimos valores de 4,5 para Zn y 4,3 para Cd”.
La investigadora destacó que las plantas de esta especie también acumularon grandes cantidades de ambos metales en la parte aérea. “En este caso, usamos otro factor —llamado de bioacumulación (FBA)— que, al igual que el FBC, es igual o mayor a 1 en plantas con alta capacidad para acumular. De nuevo, los valores de B. carinata fueron altos: 3,5 para Zn y 1,6 para Cd.”, explicó de Salazar a Sobre La Tierra.
Ayuda orgánica
De Salazar aclaró que la toxicidad de los barros contaminados disminuyó el crecimiento de las plantas. “Por esa razón, le agregamos al sedimento diferentes concentraciones de una enmienda orgánica, es decir, un compost preparado con residuos orgánicos de un establecimiento comercial, que favoreció las características físico-químicas del suelo. Las concentraciones fueron de 0, 25, 50, 75 y 100%. La idea fue estimular la producción de biomasa de la mostaza y analizar si eso aumentaba la acumulación de metales pesados en sus tejidos”.
“Con el agregado de 25% de compost a los barros del Riachuelo, las plantas de mostaza etíope aumentaron, en promedio, un 758% su biomasa total y extrajeron el doble de zinc, aproximadamente 13 mg por planta, que en mejor de los otros tratamientos. En el caso del cadmio, los resultados no fueron tan concluyentes”, indicó.
de Salazar contó que este 25% de compost también determinó que B. carinata acumule por planta una mayor cantidad de otros metales pesados que estudiaron —cromo, cobre y plomo—, en comparación con las que crecieron sobre sedimentos contaminados sin enmienda. “Con este agregado de compost encontramos, en promedio, 1,2 miligramos de cromo por planta, mientras que sin la enmienda hallamos 0,16 mg. En cuanto al cobre observamos, respectivamente, valores de 1,1 mg y 0,4. Mientras tanto, en plomo medimos 0,5 y 0,1 mg, respectivamente”.
La mostaza etíope y sus variados usos
Daniel Sorlino, docente de la cátedra de Cultivos Industriales de la FAUBA y director de este trabajo de tesis, actualmente investiga el potencial de Brassica carinata como cultivo industrial. “Su alto contenido de aceite en granos la convierte en candidata para la elaboración de biodiésel, con ventajas comparativas sobre otras especies vegetales”, comentó Sorlino
“En Etiopía se la cultiva como oleaginosa porque sus semillas contienen, aproximadamente, entre un 38% y un 44% de aceite. Además, cuando crecen en suelos contaminados, los metales no pasan a la semilla, sino que quedan retenidos en los tejidos de la planta”, agregó Daniel.
Para concluir, Diana añadió que la mostaza etíope crece rápido, sus raíces son fuertes y se la puede cosechar de forma relativamente fácil. “Podría resultar una alternativa atractiva económicamente para tratar el problema de la contaminación del Riachuelo con metales pesados. Sin embargo, todavía faltan estudios que muestren cómo se comporta en grandes escalas. Además, se debería encontrar el porcentaje óptimo de agregado de compost o pensar una forma eficiente de cosechar la planta en su totalidad, puesto que la mayor concentración de metales la encontramos en las raíces. Afortunadamente, el primer paso ya está dado”.
Habrán estudiado exhaustivamente cada planta nativa de ese ecosistema,abres de aventurarse a apostar a una planta exótica como esa ,con potencialidad de invasora??? Espero investiguen a fondo antes de gastar recursos y arriesgar nuestros ecosistemas nativos con el uso de una planta exótica….