(SLT-FAUBA) En los últimos años, uno de los cultivos más antiguos y representativos de la cultura andina, valorado por su alto valor nutritivo, comenzó a sembrarse de manera creciente del otro lado del planeta. Se trata de la quinoa, que está siendo incluida con éxito en los sistemas productivos del China. Actualmente, sus agrónomos se capacitan en la Argentina para conocer más sobre su manejo y los factores que determinan su adaptación a distintos ambientes.
“Desde hace algunos años, en China están produciendo comercialmente quinoa. Hay empresas que consiguieron semillas, las seleccionaron, las adaptaron a sus ambientes productivos y avanzaron en toda la cadena de valor, desde el procesamiento de las semillas para el consumo humano, hasta el desarrollo de distintos tipos de alimentos y su inserción en el mercado local”, explicó Daniel Bertero, investigador de la cátedra de Producción Vegetal de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), quien es especialista en quinoa, y destacó que algunos de los productos más vendidos en ese país, generados a partir del cultivo, además de granos y harinas son los fideos, conocidos popularmente como noodles.
La perspectiva de crecimiento china es auspiciosa. Estas empresas ya están montando nuevas plantas con capacidad para procesar 7000 toneladas de quinoa al año. “Eso da una idea de las expectativas de expansión, en un país con 1300 millones de habitantes y donde la quinoa hoy se está vendiendo a unos 20 dólares el kilo”, dijo Bertero a Sobre la Tierra.
El aumento de la demanda asiática por este alimento también podría significar una oportunidad para los países de Sudamérica, algunos de los cuales, como Bolivia y Perú, ya están exportando granos no sólo a China, sino también a Francia, Dinamarca, Estados Unidos, Canadá, India y Pakistán. Se calcula que existen unas 100.000 hectáreas cultivadas con quinoa en el mundo.
¿Por qué el interés de los chinos por un cultivo milenario de Sudamérica? La principal razón es comercial, por las perspectivas de expansión y buenos precios. Otro aspecto destacado es la capacidad de la quinoa para adaptarse a los ambientes más rigurosos, marginales para la agricultura por su altitud, variabilidad climática y tipos de suelo.
Desde el punto de vista del consumidor, otra de las razones tiene que ver con el valor nutricional de la quinoa, fundamentalmente porque posee una alta calidad proteica y por ser una fuente importante de vitaminas y minerales. Además, no contiene gluten y puede ayudar a reducir el colesterol.
Adaptación local
Invitado por empresas productoras locales, durante 2014 y 2015, Bertero visitó diferentes regiones de China para interiorizarse sobre la siembra del cultivo de quinoa en el gigante asiático y su adaptación a las condiciones ambientales de ese país.
“Una de las regiones productoras es Qinghai, al norte de Tíbet, de donde vino la delegación que visitó la Argentina en noviembre de 2015. En esta zona llueve 150 mm al año, así que la quinoa se cultiva bajo riego a 3000 metros de altura, en un paisaje muy parecido a la Quebrada de Humahuaca”.
La quinoa también se siembra en otros ambientes como el de la provincia de Taiyuanuan, al norte del país, donde llueve unos 400 mm al año y se cultiva a 2000 metros de altura. Allí, la altitud no permite sembrar maíz, por ejemplo, y en cambio se implanta tradicionalmente papa, trigo, cebada, y ahora, como novedad, quinoa. Aquí los ambientes son más favorables para la agricultura, pero las lluvias de fin de ciclo representan un riesgo para la calidad de la semilla cosechada.
“El material genético que están usando deriva de Chile, porque se adapta a una mayor variedad de ambientes. Las semillas habrían sido mejoradas en Estados Unidos y sembradas primero en el Tíbet. Luego fueron llevadas hasta las provincias de Taiyuan y Qinghai, para producirlas comercialmente. Hoy también están probando variedades de tipo boliviano, mientras aumentan la superficie sembrada”, señaló el profesor de la FAUBA. Una de esas empresas visitadas por Bertero, por ejemplo, está produciendo más de 100 toneladas de quinoa al año para el mercado local.
Encontrarle la vuelta al cultivo
Como parte de esfuerzos de cooperación entre los agrónomos chinos y argentinos, recientemente la FAUBA recibió la visita de una delegación de la Academia de Ciencias de la Agricultura de la provincia de Qinghai, localizada en la ciudad de Xining, interesada en conocer la Argentina y recibir capacitación en temas relacionados con la agricultura local.
La comitiva asistió a una serie de charlas en la Facultad de Agronomía de la UBA con diferentes docentes sobre temas generales de la agricultura argentina y recibió capacitación sobre cultivos particulares como cebada, trigo y nuevas alternativas productivas para zonas áridas. La quinoa significó uno de los aspectos que concentraron el mayor interés de los investigadores chinos.
“Ellos todavía están en una fase de encontrarle la vuelta al cultivo y les preocupan algunos de los aspectos de manejo que siguen generándoles inconvenientes, como las malezas y el brotado de las semillas (que germinan antes de tiempo)”, detalló el investigador de la FAUBA. Además, destacó: “También les sorprende cómo en China en pocos años aumentó el interés de los productores y el apoyo desde el Gobierno para producir quinoa, y les llama la atención que esto no suceda en la Argentina, donde pese a ser un cultivo que se produce desde hace al menos 2000 años, no se logra aumentar el área de siembra”.
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