Desmonte sin pausa en Misiones: Bosques más chicos y fragmentados

En la Selva Paranaense habita más de la mitad de las especies de la Argentina. Aunque hay normativas para conservarla, la deforestación continúa. Un estudio de la FAUBA mostró que en 30 años se perdieron 130 mil ha de bosque y que sus remanentes se achicaron y aislaron.

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(SLT-FAUBA) El Bosque Atlántico, que abarca regiones de Brasil, Paraguay y la Argentina, es uno de los ecosistemas más biodiversos del mundo. A su vez, es de los más amenazados por el desmonte. Para protegerlo, en el año 2000 se creó el Corredor Verde en la provincia de Misiones. ¿Funcionó? Un estudio de la FAUBA analizó la problemática desde 1990 hasta 2020. Se deforestaron casi 130 mil ha de bosques nativos y aumentó de forma considerable su fragmentación. Además, se identificaron zonas prioritarias para reforzar la conservación y mejorar la conectividad dentro del Corredor.

“Se estima que el Bosque Atlántico cuenta con menos del 10% de su cobertura original, y su remanente principal en la Argentina está en la Selva Paranaense de Misiones”, explicó Luis Sangel Polo Perdomo, egresado de la Escuela para Graduados de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA).

“Esta ecorregión contiene más de la mitad de las especies del país y brinda servicios ecosistémicos claves como regular el ciclo hidrológico, almacenar carbono o proveer alimentos y otros medios de vida para las comunidades locales”, agregó.

Sin embargo, desde hace décadas, la Selva Paranaense pierde superficie; sobre todo, frente al avance agropecuario. Por eso en el año 2000 se creó el Corredor Verde para conservar y conectar las principales áreas protegidas de Misiones. A pesar de la medida, el desmonte continuó.

El Corredor Verde abarca un área aproximada de 1.100.000 hectáreas, casi 37% del área total de Misiones. Imagen: Polo Perdomo

El Corredor Verde abarca un área aproximada de 1.100.000 hectáreas, casi 37% del área total de Misiones. Imagen: Polo Perdomo

En su tesis de especialización, Polo Perdomo analizó la deforestación y la fragmentación de los bosques nativos del Corredor Verde entre 1990 y 2020. “Estos dos componentes dicen mucho sobre el estado de los ecosistemas. A través de imágenes satelitales y teledetección, entre otras herramientas, tomamos datos cada 5 años”.

Los resultados fueron contundentes. “En estos 30 años se perdieron cerca de 130 mil hectáreas de bosque nativo; es decir, un 13% del área original del Corredor Verde”, remarcó Luis Sangel, y añadió: “Cuando se combinan el desmonte con la fragmentación se genera un paisaje más hostil para la biodiversidad y la dinámica de los ecosistemas”.

Según Polo Perdomo las áreas de bosque nativo deforestadas se convirtieron principalmente en cultivos perennes y anuales, forestaciones y pasturas. Imagen: Polo Perdomo

Según Polo Perdomo las áreas de bosque nativo deforestadas se convirtieron principalmente en cultivos perennes y anuales, forestaciones y pasturas. Imagen: Polo Perdomo

“La superficie de bosque que quedó se dividió en fragmentos más pequeños y aislados. El tamaño promedio de cada parche pasó de 285 a 215 hectáreas. El número de parches se duplicó y la distancia entre ellos aumentó de 94 a 246 metros. Se perjudica la migración de especies y la dispersión de semillas, y facilita la entrada de especies invasoras, entre otros efectos negativos”, advirtió.

Además, Polo Perdomo identificó la zona donde el proceso fue más intenso: el departamento de San Pedro, entre las localidades de Dos Hermanas y Pozo Azul, a ambos lados de la ruta provincial que conduce a El Dorado. Según el investigador, “es una zona para prestar especial atención”.

“Detectar las zonas con mayores pérdidas posibilita pensar en medidas para abordarlas” (L. Polo Perdomo)

“Detectar las zonas con mayores pérdidas posibilita pensar en medidas para abordarlas” (L. Polo Perdomo). Imagen: Polo Perdomo

¿Funcionó la Ley de Bosques Nativos?

El Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos se estableció en 2007 para proteger los bosques nativos del país. Para ello, se categorizaron según su valor de conservación. En rojo, los de alto valor —no se pueden intervenir—; en amarillo, los de valor medio o alto —se pueden aprovechar de forma sostenible—, y en verde, los de bajo valor —se pueden transformar—.

Luis Sangel afirmó que el OTBN logró frenar las tasas de deforestación, pero no fue constante en el tiempo. Imagen: Polo Perdomo

Luis Sangel afirmó que el OTBN logró frenar las tasas de deforestación, pero no fue constante en el tiempo. Imagen: Polo Perdomo

“En mi estudio observé que esta herramienta logró un impacto positivo, pero no fue constante en el tiempo. Misiones armó su ordenamiento en 2010. Entre 2010 y 2015 se dio la tasa de desmonte más baja de los 30 años que analicé. Sin embargo, después del 2015 se disparó la tasa y volvió a valores previos al ordenamiento”, resaltó Polo Perdomo.

Según Luis, la fragmentación se mantuvo baja en la categoría roja, aumentó en la amarilla y fue crítica en la verde. “Por sí solo, el ordenamiento territorial no garantiza la conservación de los bosques. Es necesario complementarlo con restauración, monitoreo y gestión participativa”.

Conservación y restauración activa

El trabajo de Polo Perdomo determinó áreas prioritarias para mejorar la conectividad del Corredor Verde. “Busqué aportar a la discusión la necesidad de una gobernanza territorial que, además de regular el uso del bosque, también promueva de forma activa la restauración y la conexión ecológica”.

En este sentido, agregó que los desmontes son una problemática a nivel global y dependen de dinámicas sociales, económicas y políticas de cada región. “Yo trabajo en bosques tropicales de Colombia. Acá hay mucha deforestación, hay problemas de gobernanza, de políticas públicas y de uso de la tierra de forma constante”.

“El panorama es similar al caso de Misiones. Las medidas más efectivas para proteger a los bosques son las áreas protegidas. Por otro lado, contamos con resguardos indígenas, que son territorios autónomos, coordinados y gestionados por comunidades indígenas. Suelen tener una lógica más conservacionista y un uso más sostenible de los bosques”, contó Luis Sangel.

Para finalizar, reflexionó: “Es un tema muy complejo. Hay muchos actores e intereses involucrados. Espero que se le dé la importancia que se merece y que logremos implementar sistemas de producción más sostenibles”.

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