(SLT-FAUBA) El Proyecto de Ley de Presupuesto Nacional enviado por el Ejecutivo al Congreso de la Nación para 2017 genera preocupación en la comunidad científica y en la sociedad en general, por el fuerte recorte que prevé para el sistema de Ciencia y Técnica de la Argentina. Desde diferentes sectores reclaman una revisión de las cifras contempladas, que también complican el futuro de organismos como el INTA y las universidades públicas.
Para conocer más sobre la situación, Sobre la Tierra entrevistó a José Paruelo, profesor titular de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) e investigador superior del CONICET, quién también forma parte del grupo Ciencia y Técnica Argentina (CyTA), cuyos miembros ya se pronunciaron fuertemente sobre estos aspectos.
– ¿Que está pasando en el área de Ciencia y Técnica?
– Si bien la presencia de Lino Barañao al frente pretendía dar una idea de continuidad a las políticas de Ciencia y Técnica, se comenzaron a percibir algunos signos preocupantes. Uno de ellos es la demora en efectivizar los ingresos de los investigadores incorporados a CONICET en 2015. Eso, que no ha terminado de resolverse sumado a la pérdida de poder adquisitivo de los salarios comenzó a generar preocupación en el sector. En un informe del Dr. Stefani de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de UBA (http://users.df.uba.ar/bragas/Informe%20presupuesto%20MINCYT.pdf) se observa la magnitud de la caída.
– ¿El presupuesto 2017 resuelve parte de estos problemas?
– No, justamente lo agrava. El presupuesto, en tanto “ley de leyes” y descriptor clave de la orientación política, muestra una caída muy marcada de los recursos asignados a CyT. En términos generales cae de 0.75% del presupuesto a un 0.59%. Esta es una caída importantísima ya que implica un recorte de más de 400 millones de dólares de la finalidad Ciencia y Técnica y 700 millones de dólares si se suman organismos vinculados a dicha finalidad. De esta forma la finalidad Ciencia y Técnica pasaría de ocupar el 1,52 % del presupuesto nacional en 2016 al 1,34% en 2017. Es decir que mientras que el presupuesto se incrementa en pesos un 50,54% la finalidad Ciencia y Técnica sólo lo hace un 32,36%.
O si se quiere, en dólares el presupuesto se reduce en -5,18% mientras que la finalidad Ciencia y Técnica lo hace en -16,63%. Para todos los organismos vinculados a CyT se observa que el incremento en pesos es mucho menor a la inflación y al aumento promedio del presupuesto. En varios casos hay incluso una reducción en los montos en pesos. Algunos organismos, como el INTA, ya ha denunciado que el recorte presupuestario es insostenible y que implica despidos de investigadores y técnicos.
– ¿Es posible que revisen estas cifras?
– Se está trabajando en ello. El presupuesto está ahora en el Congreso y se están manteniendo conversaciones con los diputados. Un punto importante es mostrar que el reclamo no es una demanda corporativa de un sector. Tener investigación científica no es un lujo cultural sino una necesidad imperiosa en un país que pretenda mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. La conexión entre la investigación y la educación superior, no podemos formar buenos profesionales si no somos fuertes en la generación del conocimiento.
– ¿Desde donde se están promoviendo estas acciones?
– Una muy importante es una declaración que emitió el Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. A partir de esa declaración se generó un petitorio que ya cuenta con más de 20000 firmas (http://comunicacion.exactas.uba.ar/defendamoslaciencia).
Desde el grupo Ciencia y Técnica Argentina (CyTA), Investigación y Desarrollo para la Inclusión, del que formo parte también, se han promovido declaraciones y reuniones con diputados y senadores de manera de hacerles conocer los riesgos del achicamiento del sector (https://cienciaytecnicaargentina.wordpress.com/declaraciones-y-petitorios/).