La Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), el INTA y la Red Agroforestal Chaco Argentina (Redaf) desarrollaron una página de Internet que brinda información actualizada, accesible y espacialmente explícita, sobre los desmontes ocurridos la región del Gran Chaco, cuyas tasas de deforestación se encuentran entre las más altas del mundo y están promovidas principalmente por el avance de la frontera agropecuaria en la Argentina, Paraguay y Bolivia.
“Desarrollamos un sistema de información geográfica online (disponible en monitoreodesmonte.com.ar) con mapas interactivos que permiten obtener información actualizada sobre la superficie desmontada desde 1976 hasta la fecha, a nivel de departamento, provincia o lote”, afirmo Federico Pagnanini, técnico del Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección (LART), que comparten la FAUBA y el CONICET.
Además, explicó que la información (utilizada como base de investigaciones científicas y evidencia en conflictos legales) está disponible de un modo sencillo y amigable para el público en general, así como para tomadores de decisiones y personas que necesitan conocer con un alto nivel de detalle, los lotes que fueron desmontados según el año.
La iniciativa también involucró el trabajo de Gonzalo Camba, María Vallejos, Dolores Arocena y José Paruelo, del LART; José Volante, del INTA Salta; y Ana Álvarez, de la Redaf, quienes vienen trabajando en el seguimiento del desmonte en la región chaqueña a partir del análisis de imágenes satelitales, alertados por el aumento de la problemática que se evidenció en las últimas décadas.
Los bosques secos del Gran Chaco Sudamericano (787.000 km² distribuidos entre el noroeste de la Argentina, el oeste de Paraguay y el sudeste de Bolivia) atraviesan un fuerte proceso de deforestación. La región argentina, que comprende más del 60% de la superficie total de estos bosques, presenta una tasa de desmonte de hasta 2,5% anual, muy superior a los promedios de Sudamérica (ubicada en 0,51%) y del mundo (0,2%), debido al crecimiento exponencial de la producción agropecuaria.
“El reemplazo de bosques por cultivos extensivos, principalmente soja, y de las pasturas que se siembran para alimentar al ganado, ya afectó al 20,7% del área natural de toda la ecorregión del Gran Chaco, con 15,8 millones hectáreas desmontadas a finales de 2012”, afirmó Pagnanini.
Estos cambios caracterizados por el avance de la agricultura industrial, producen modificaciones en la estructura y en el funcionamiento de los ecosistemas de la región, caracterizados por una alta biodiversidad natural, y en los medios de subsistencia de comunidades aborígenes y criollas del Chaco Seco, donde viven cerca de 7,5 millones de personas que desarrollan principalmente una economía de subsistencia, que incluye agricultura familiar, pastoreo extensivo, caza y recolección.
En la actualidad el grupo de trabajo de la FAUBA, el INTA y la Redaf está relevando los datos correspondientes a 2013, para integrarlos al sistema de información geográfica.
Los desmontes continúan
“La información disponible en la Web fue utilizada como base para diversas investigaciones científicas en la región y como evidencia para la resolución de conflictos legales relacionadas al desmonte”, destacó Vallejos. Y señaló que a fines de 2102, la FAUBA y la Redaf advirtieron sobre el aumento de la problemática en la provincia de Salta, donde detectaron 100.000 hectáreas desmontadas en zonas de alto y mediano valor de conservación (Categorías I, señalada con rojo, y II, con amarillo, respectivamente), protegidas por Ley Provincial Nº 7.543, de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos.
Entre 2008 y 2013 en total se habrían desmontado 358.723 hectáreas en Salta, de las cuales 112.000 estaban en zonas que debían protegerse por la Ley de Bosques. A comienzos de 2014, se sumaron dos nuevos informes del LART que alertaron sobre el avance del desmonte en el departamento de San Martín, Salta.
El primero se refirió a la localidad de Dragones, donde fueron detectadas 12.000 hectáreas desmontadas entre 2012 y 2013, en zonas de mediano valor de conservación. El segundo informe fue a raíz de un llamado a audiencia pública de la Secretaría de Ambiente de Salta, por una solicitud de autorización de desmonte de 10.000 hectáreas en Finca “Cuchuy”, ubicada en la zona de General Ballivián, que también se encontraban en la Categoría II. Para admitir el desmonte, este área fue renombrada con la Categoría III (verde), de bajo valor de conservación.
Según el relevamiento realizado con imágenes satelitales por el LART y el INTA Salta, el desmonte ya habría afectado el 50% de un área de 196.350 hectáreas que habitan las comunidades wichí en la zona, y que sus habitantes utilizan para obtener alimentos, agua y otros recursos. La situación estaría comprometiendo seriamente su supervivencia.
“El desmonte de estas áreas tiene series consecuencias desde el punto de vista social y ambiental, al ocurrir en zonas catalogadas por la provincia de Salta como importantes en base a su valor de conservación”, sostuvo un informe del LART, firmado por su director, Paruelo, y por Vallejos, Sebastian Aguiar, Santiago Verón y Gervasio Piñero, también pertenecientes a la cátedra de Ecología y al departamento de Métodos Cuantitativos de la FAUBA.
El grupo de investigación de la FAUBA viajó a Salta en 2011 y 2012 con el objetivo buscar soluciones a la problemática. “Integrantes de las comunidades wichí de San José, Corralito, Cuchuy y Chaguaral, nos informaron acerca del uso tradicional del área incluida en los inmuebles que se incluyen en los expedientes mencionados. Nos ponemos a su disposición para colaborar desde el punto de vista técnico en la solución del conflicto territorial lo más pronto posible”, señaló el informe.
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