La clave: El diagnóstico precoz

Los casos detectados con trastornos del espectro autista (TEA) aumentaron 120% en los últimos 10 años. La detección temprana es clave para realizar un tratamiento adecuado.

(SLT-FAUBA) Si bien en la Argentina no existen estadísticas sobre autismo, los expertos coinciden en señalar que las cifras vienen creciendo fuertemente en los últimos años. Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, cuyas mediciones se usan como referencia en nuestro país, en la última década los casos diagnosticados con trastornos del espectro autista (TEA) aumentaron 120% y, en la actualidad, uno de cada 68 niños cuenta con esta condición.

“No sabemos qué está causando este aumento. En parte puede deberse a la manera en que se detectan y diagnostican estos trastornos y a la forma en que se atiende a los niños en sus comunidades locales. Sin embargo, se desconoce exactamente en qué medida influyen estos factores”, explica el CDC en su Web (www.cdc.gov).

En el mismo sentido se refirió Marco Arduini, neuropsiquiatra infantil de la Fundación FLENI, entidad dedicada a la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las enfermedades neurológicas en la Argentina, donde la profesora de la Universidad de Colorado Temple Grandin brindó la semana pasada una charla sobre autismo en su sede de Escobar: “Parte del aumento de los casos podría deberse a la extensión del concepto de autismo y a su mayor difusión entre la comunidad médica. De todas maneras, no puede descartarse un aumento real en la aparición de este trastorno del desarrollo”.

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Joffre con Temple Grandin, la semana pasada en Buenos Aires: Los tratamientos avanzados incluyen a la educación y la integración de personas con TEA.

Lo cierto es que las cifras aumentan y las estadísticas del norte tiene su correlato en nuestro país. Horacio Joffre Galibert, presidente de la Asociación Argentina de Padres de Autistas (APADEA), recuerda que en 1983, cuando se realizó la primera presentación de una Ley de autismo en la Argentina, se calculaba que cuatro de cada 10.000 nacidos en la Argentina tenían autismo. Diez años después, con una segunda presentación que tuvo media sanción en el Congreso, estas cifras habían subido a 25 cada 10.000 nacidos. “A partir de ahí se multiplicaron los casos, pero en la Argentina nunca hubo cifras oficiales”, advirtió.

Para estimar cómo evolucionó la incidencia del autismo desde el año 2000, Joffre recurre a la demanda por parte de los padres en APADEA. “Cuando empezamos con integración escolar y apoyo pedagógico, entre 2000 y 2005, teníamos hasta 20 integraciones escolares sobre 1000 socios. En 2015 tenemos 540 integraciones escolares y quedan afuera muchas consultas. Los socios también aumentaron: Ahora son 2000 familias. “Además, tenemos lista de espera para los centros de servicios. El crecimiento fue espeluznante y no hay cómo abastecer la demanda”.

 

Educación e integración social

Dr. Arduini

Arduini: Los TEA abarcan casos severos hasta personas altamente funcionales y sobresalientes.

Arduini relacionó los TEA con trastornos que se manifiestan en las personas alrededor de los tres años de edad mediante una dificultad en la interacción social, en la comunicación y en la falta de flexibilidad (en el razonamiento y los comportamientos). “Se los denomina trastornos porque abarcan casos de individuos afectados de forma severa hasta personas altamente funcionales y sobresalientes en su ámbito de desempeño”, explicó.

Un documento difundido por FLENI durante la llegada de Grandin a la Argentina (Ver nota: “Desde el autismo, al corazón de la ganadería“), señala que aún no han sido determinadas las causas de los TEA. Si bien existen más de 20 trastornos genéticos que pueden incidir en la presencia de autismo, la gran mayoría de los casos no tiene relación alguna con una enfermedad subyacente y podrían intervenir tanto factores genéticos como medio ambientales. Con ello se refiere a la edad de los padres y factores obstétricos como bajo peso al nacer y baja edad gestacional, exposición a productos químicos como pesticidas y haber presentado enfermedades virales durante el embarazo. Además, señala que la prevalencia de los TEA es mayor en varones, por lo cual podría existir algún factor genético u hormonal ligado al género.

Más allá de sus causas, Arduini enfatizó que es muy importante establecer un diagnóstico temprano de las personas que presentan síntomas de autismo, porque un abordaje precoz desde el tratamiento podría mejorar el pronóstico del cuadro.

Desde APADEA, Joffre destacó que, a diferencia de los tratamientos que se realizaban años atrás, hoy se le da una importancia mayor a la educación de los niños: “Los tratamientos de avanzada son los cognitivos conductuales, basados en la educación, en integrar socialmente a las personas con autismo”.

Afortunadamente la legislación vigente en la Argentina colabora para estos tratamientos. Joffré valoró la Ley 22431, que en su artículo 2 define el Certificado único de discapacidad y exige al Estado emplear a un 4% de su planta con personas con discapacidad, y la Ley 24901, que establece el sistema de prestaciones básicas en habilitación y rehabilitación integral a favor de las personas con discapacidad. “Esta normativa establece que las obras sociales deben cubrir el 100% de las prestaciones con el diagnóstico de un medico y el certificado de discapacidad. Así se resolvió el problema económico de las discapacidades, entre ellas del autismo”.

 

 

Acerca del autor

Juan Manuel Repetto
Periodista. Master en Periodismo Documental (UNTREF). Licenciado en Comunicación Audiovisual (UNSAM).

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