El extraño gusto de las lechuzas

Ante el asombro de los investigadores, estas aves se quedaron en su hábitat pese a que disminuyó su fuente de alimento, que eran ratones. Hoy consumen más ranas y sapos.

SapoLas lechuzas depredan especies alternativas (Foto: Vero Villa; flickr: https://goo.gl/i1JDd3; CC: https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/)

(SLT-FAUBA) Los cambios producidos en la agricultura argentina durante las últimas décadas siguen generando novedades y, en ocasiones, sorpresas. Este es el caso de las lechuzas de los campanarios que, ante el asombro de los investigadores, comenzaron a ingerir una mayor proporción de ranas y sapos cuando disminuyeron de su hábitat los roedores, que siempre constituyeron sus presas preferidas y casi la totalidad del alimento que cazaban por instinto.

Sucede que con la intensificación de la agricultura y el desplazamiento de la ganadería en la Región Pampeana también desapareció gran parte de los alambrados de los campos, que representaban un lugar propicio para el refugio y el alimento de roedores y de otras especies silvestres (como polinizadores y artrópodos, mulitas, comadrejas y cuises). Los ratones tuvieron que buscar otros hábitats donde sobrevivir, y las lechuzas, ante la disminución abrupta de su principal fuente de nutrientes, curiosamente no corrieron tras ellos, sino que se quedaron en el ambiente perturbado y buscaron otras presas alternativas.

lechuza de los campanarios

Lechuza de los campanarios con su presa preferida

“Esperábamos que la lechuza se extinguiera localmente o migrara hacia lugares en donde encontrara ratones. Pero ninguna de estas cosas sucedió. La población de lechuzas siguió permaneciendo en los números esperables”, comentó Karina Hodara, bióloga e investigadora del departamento de Métodos Cuantitativos y Sistemas de Información de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), quien estuvo a cargo del estudio.

Un dato asombroso se refiere a cómo lograron adaptarse estas aves para continuar viviendo en el lugar: “Detectamos que cambiaron la dieta, en cantidad y en calidad. Empezaron a comer otras cosas, que ya no son roedores sino ranas y sapos, y en más cantidad, porque las lechuzas necesitan comer más anfibios para poder satisfacer sus necesidades nutricionales que alcanzaban con una cantidad menor de roedores consumidos”.

Bolos de regurgitación de lechuzas

Bolos de regurgitación de lechuzas, donde hallaron una disminución inesperada en la proporción de huesos de roedores.

Lo cierto es que las lechuzas siempre se alimentaron de roedores y pequeños mamíferos en una proporción alta. Es su instinto. Según la estación del año, los ratones representaban entre el 80 y el 95% de su alimento. Pero ahora las ranas y los sapos ya componen casi el 40% de la dieta de estas aves.

“Es muy llamativo cómo un predador tan especializado en roedores como la lechuza de los campanarios, cambió su imagen de búsqueda y empezó a localizar y cazar otros animales, en esta caso anfibios”, dijo Hodara. Y añadió: “Se sabe poco de otros vertebrados terrestres (como zorros, gatos salvajes o comadrejas, que también son predadores potenciales de roedores) que hayan cambiado sus dietas de esta manera. Por el contrario, se conoce que esos animales disminuyeron sus números poblacionales ante la desaparición de sus fuentes alimenticias, que es lo que esperábamos que pasara con la lechuza cuando iniciamos las investigaciones”.

Además de Hodara, el equipo de investigadores de la FAUBA también estuvo compuesto por Santiago Poggio, de la cátedra de Cultivos Industriales; Fernando Biganzoli, de Métodos Cuantitativos, y los tesistas de la carrera de Ciencias Ambientales Félix Montovio y Micaela Smolny. Los estudios fueron realizados en un establecimiento agrícola-experimental de la UBA ubicado en el partido de Carlos Casares, provincia de Buenos Aires, donde analizaron los bolos de regurgitación de lechuzas y hallaron una disminución inesperada en la proporción de huesos de roedores.

 

¿Y dónde están los ratones?

Muestreo2

Hodara junto a uno de los colaboradores de la FAUBA que asistió al equipo de investigación durante los trabajos a campo

Al haber muy baja disponibilidad de los hábitats preferidos por los roedores, se presume que los ratones ocuparían los escasos bordes de vegetación seminatural remanentes o habrían ido dispersándose de manera paulatina hacia los peridomicilios de las viviendas.

Horada lamentó que este proceso de cambio en los sistemas productivos, que motivó la disminución de los roedores en el paisaje agrícola, podría generar un problema epidemiológico en las poblaciones cercanas al medio rural, porque estos animales son transmisores de muchas enfermedades a humanos y a otras especies domésticas, algunas de ellas muy importantes como el hantavirus, la fiebre hemorrágica argentina (también conocida como el mal de los rastrojos) y la coriomeningitis linfocítaria, con altas potencialidades de infección.

Detectar nuevas fisuras

Hacia futuro, los investigadores de la FAUBA apuntan a seguir estudiando estos sistemas que tuvieron fuertes perturbaciones por la acción del hombre: “Nuestra idea es seguir indagando si las cadenas tróficas (que van desde los microorganismos del suelo hasta el predador top, pasando por las plantas) pueden seguir funcionando en todos sus eslabones o si ahora encontramos fisuras”.

muestreo1

Hodara junto a Montovio, tesista de Ciencias Ambientales, tomando muestras en Carlos Casares

“La idea es ver cómo se siguen conectando los eslabones de la cadena a partir de los cambios producidos en los sistemas de producción y si estos sistemas siguen siendo estables y sustentables para las especies que albergan”.

“Por ejemplo, estamos investigando si los agroquímicos utilizados por la agricultura, que terminan depositándose en cursos superficiales de agua y en las napas, pueden afectar el número y la diversidad de especies de anfibios, sobre todo sabiendo que ahora estos animales tienen injerencia en la alimentación de las lechuzas”, adelantó Hodara.

Acerca del autor

Juan Manuel Repetto
Periodista. Master en Periodismo Documental (UNTREF). Licenciado en Comunicación Audiovisual (UNSAM).

6 Comments on "El extraño gusto de las lechuzas"

  1. Solamente ocurre en Tyto alba? En la zona de 9 de Julio obtuve numerosos ejemplares muertos en la ruta que prepare como piel de estudio. En el futuro adonde podria mandar sus buches para analizar?

    • Hola Gabriel, nosotros podriamos analizar los contenidos estomacales de las lechuzas muertas que encuentres. Hasta donde nosotros sabemos este cambio ocurre en Tyto alba porque es basta especialista en comer roedores y murcielagos, pero si existe otra lechuza con bastante especializacion en su dieta, seguramente se ve afectada por estos cambios ocurridos en los paisajes agrícolas de la zona.

  2. alicia varillas | 7 agosto, 2015 at 3:31 pm | Responder

    quisiera saber que pasa con la disminución de los sapos y ranas, cual es el impacto en el ambiente, y como se puede resolver

  3. margarita A.T.de MOLER | 28 junio, 2017 at 10:39 am | Responder

    estoy criando una lechusita de bebe y ya tiene 6 meses.le doy caracoles lombrices,carne de pollo carne picada de vaca le tengo que dar semillas o algun otro alimento.gracias

  4. margarita A.T.de MOLER | 2 noviembre, 2017 at 11:32 am | Responder

    TENGO UNA LECHUSITA DE 10 MESES Y LE DOY DE COMER CARNE PICADA,CARACOLES LOMBRICES Y CARNE DE POLLO.LE TENDRE QUE DAR ALGUNA ALIMENTACION MAS ESPECIFICA.ESPERO SU RESPUESTA.GRACIAS

  5. Hola Margarita, las lechuzas de esta especie solo comen animales o restos de ellos. No tienen una dieta omnívora, son carnívoros. Lo que mas les gusta son los roedores, pero también comen murcielagos, aves pequeñas, artrópodos.

Déjanos tu Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.


*


Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.