(SLT-FAUBA) Las veredas porteñas cuentan en la actualidad con 370 mil árboles y además existen otros 60 mil ejemplares en espacios verdes como parques, plazas y boulevares, según el Censo de Arbolado Urbano presentado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en base al relevamiento realizado por la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA). El trabajo servirá para planificar la gestión del arbolado urbano público de aquí a las próximas tres décadas.
El relevamiento se llevó a cabo en tres etapas durante 2017 y 2018, con la participación de alrededor de 200 censistas y 10 coordinadores de la FAUBA. Se relevaron aproximadamente 470 mil sitios, que incluyen, además de los 430 mil árboles, 20 mil espacios vacíos y otros tantos ocupados por arbustos, cepas, tocones y árboles muertos en pie, donde se podrían realizar nuevas plantaciones.
Ana Beatriz Guarnaschelli, docente de la cátedra de Dasonomía de la FAUBA, quien se desempeñó como responsable técnica del censo, explicó que es el segundo relevamiento que se realiza desde la Facultad de Agronomía. “El primero lo hicimos en 2001 e incluyó el censado de todo el arbolado de alineación, presente en las calles y avenidas”, dijo, e informó que en esta nueva oportunidad también se incluyó el arbolado de los espacios verdes. Entre las novedades, destacó que cada ejemplar se fotografió y se georreferenció.
Resultados
Según los resultados del trabajo, la comuna 12 es la que posee mayor cantidad de árboles, seguida por la 11, la 9 y la 4, ubicadas en el oeste y en el sur porteño. Como contrapartida, se indicó que otras comunas presentan valores bajos, como la 2, 3 y 6, ubicadas hacia el este y el centro de la ciudad.
“Para 2019 tenemos pensado plantar 12 mil árboles y consideramos que, a este ritmo, vamos a poder reemplazar los 70 mil previstos de aquí a 10 o 12 años”, dijo Jorge Fiorentino, gerente de Arbolado del Gobierno porteño, durante la exposición que brindó en la sede de Parque Patricios.
En la presentación se destacó que el 90% de los árboles censados están en buena condición. El 10% restante correspondió a la categoría denominada “discontinuados”, compuesta por especies que se plantaron en el pasado y se dejaron de emplear por problemas de seguridad. También habría 6500 árboles secos, que deberían ser reemplazados.
Respecto a los trabajos por hacer, se destacó la necesidad de renovar los árboles envejecidos. “Deberíamos tener 40% de árboles jóvenes, pero tenemos 20%. Entre ese porcentaje restante se encuentran ejemplares que van de 30 a 60 años y más. Tendríamos que empezar a retirarlos de circulación y reemplazarlos por otros”, señaló Fiorentino.
El censo también determinó la composición florística del arbolado, un dato de importancia porque una mayor variedad de especies permitiría disminuir el impacto de plagas o enfermedades, por ejemplo. En este sentido, los especialistas sugieren que una especie botánica no debería superar el 10% de presencia sobre el total. Dentro de las 423 especies que crecen en las calles porteñas, el fresno americano es la única que supera ese porcentaje, con una participación de 35%. La segunda especie en cantidad de ejemplares es el plátano, seguida por ficus, tilo, paraíso y jacarandá.
Aporte de la Universidad
Se trata del segundo censo de arbolado que realiza la cátedra de Dasonomía de la FAUBA, en el marco de un convenio alcanzado entre la Facultad de Agronomía de la UBA y la Secretaria de Descentralización del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (actualmente Subsecretaría de Gestión Comunal). En este segundo relevamiento también participó la cátedra de Botánica.
Guarnaschelli subrayó el aporte de la Facultad de Agronomía de la UBA en el relevamiento: “Trabajó un gran número de profesionales y estudiantes de la FAUBA. En las tres etapas participaron 192 censistas (58 pasantes y 134 profesionales) y 10 coordinadores de grupos, compuestos por ayudantes de la cátedra de Dasonomía e inspectores de arbolado urbano de la Ciudad de Buenos Aires”.
“Determinamos la ubicación de cada individuo por comuna, calle y número de chapa, ancho de veredas, tamaño y estado de las planteras o canteros (para el arbolado viario) o denominación del espacio verde donde se encontraban”, dijo Guarnaschelli, quién contó con la colaboración de Silvia Campenni, por la cátedra de Dasonomía, y Silvana Gambino, Adriana Bartoli y Norma D`Aglio por la cátedra de Botánica.
“Además se identificaron las especies, se midieron sus dimensiones y se describió la conformación de copa y raíces, señalándose las interferencias que pueden ocasionar las ramas sobre luminarias, semáforos y edificaciones, así como los daños de las raíces sobre las planteras, veredas y propiedades. Otros aspectos importantes que se evaluaron tienen que ver con la inclinación del árbol, la vitalidad y la sanidad. También se georreferenció a los ejemplares relevados y se los fotografió”, detalló.
Una vez finalizadas la segunda y tercera etapas del relevamiento del arbolado, desde la FAUBA se elevaron informes al Gobierno de la Ciudad, que en la actualidad se encuentra organizando la información final y más detallada de la base de datos, para su posterior difusión y utilización para la planificación y gestión de este recurso.
Lástima que no se haya hecho un relevamiento del daño que generado por las podas mal realizadas.
porque no mencionan el arboricidio que estan llevando a cabo hace años por el gobierno, los daños por años de bestial mutilación y en vez de talar los arboles mas añejos porque se les canta que debe de haber mas jóvenes es una aberración, que planten nuevos pero que no talen los magníficos arboles añejos que tienen muchas décadas de vida por delante aun, los arboles son en promedio seres centenarios y milenarios, esos profesionales son lamentables!!!son unos chantas! basta ver lo que hicieron en la propia facultad de agrononomia, dejaron todos los arboles mutilados mal
Podas durante todo el año, tala de varios ejemplares sanos. No pueden decir que solo el 10 % del arbolado no esta sano, cuando con las constantes podas mal hechas muchso ejemplares presentan un fuste deformada y se pudren, deberia darle verguenza a la facultad poner su nombre en semejante estudio, cuando con solo ver, el gobierno a través de su mal trato al arbolado no ha hecho mas que destruirlo