(SLT-FAUBA). Luego de cuatro años de trabajo, y tras haber sido estrenada en noviembre de 2014 en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, el documental Gran Chaco fue liberado en Internet para que esté disponible de manera abierta y gratuita. La película fue producida por la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) y narra los conflictos socio ambientales que afectan a la región boscosa más grande del mundo luego de la Amazonía, causados por la deforestación y el avance de la frontera agrícola, a partir del testimonio de pobladores de las comunidades originarias e investigadores.
Sobre la Tierra entrevistó a su director, Lucas Van Esso, y a su productor, Miguel Van Esso, para conocer cómo realizaron esta experiencia, inédita en la Facultad, y cómo fue el proceso de exhibición en festivales y otros espacios, donde la película recibió muy buenas respuestas del público y obtuvo varios premios. Los interesados pueden verla en: http://www.granchacolapelicula.com.ar
SLT: – La llegada del documental a Internet surge después de un largo proceso, desde la generación de la idea hasta el recorrido por festivales y otros espacios como las universidades, pasando por un extenso rodaje. ¿Cómo se gestó el comienzo de esta producción?
Lucas: – La idea de filmar Gran Chaco surgió en un viaje que realicé a Salta, coordinado por el LART (Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección, de la FAUBA y el CONICET). Ellos estaban capacitando a comunidades wichís en mediciones mediante GPS, para delimitar sus tierras. Ahí descubrí una cultura desconocida para mí. Cuando vi las diferentes comunidades originarias y escuché sus lenguas, entendí que toda esa cultura, que es también parte de la mía, se estaba perdiendo. Por eso quise mostrar la situación que se vive en el Gran Chaco cuando avanzan los desmontes. Con esa idea, sumado al apoyo de Miguel Van Esso, director del Centro de Educación a Distancia de la FAUBA, y de las autoridades de la Facultad, pusimos en marcha el proyecto.
SLT: – ¿Cuál es la situación actual del Gran Chaco y cómo evolucionó a lo largo de la historia?
Miguel: – La esquilmación del Chaco comenzó a mediados del siglo XX con la explotación del algodón y el uso del quebracho para extraer tanino y hacer durmientes de ferrocarril. Pero es a partir del inicio del siglo XXI que se combinan dos factores para impulsar significativamente el avance de la frontera agropecuaria sobre la región del chaco: el elevado valor de la soja y el circunstancial aumento del promedio anual de lluvias.
El avance se concentró en la provincias de Salta, Santiago de Estero y Chaco. Por ejemplo, en Salta entre mediados de la década del 70 y fin del siglo XX la tasa de desmonte era de 35 mil/ha/año. Con el inicio del siglo XXI, se triplicó a 95 mil ha/año, con un pico de 135 mil/ha/año en 2007, como acto reflejo anticipatorio de la sanción de la Ley de Bosques que debería regular el proceso. De hecho, luego de la sanción de la Ley la tasa disminuyó a 90 ha/año. No obstante el proceso de implementación y control de la misma se encuentra plagada de dificultades que aún deben resolverse.
SLT: – Para filmar la película tuvieron que viajar a la región e involucrase con personas que no deben estar acostumbrados a las cámaras ¿Cómo fue esa experiencia del rodaje?
Lucas: – El rodaje se realizó en tres etapas, entre 2012 y 2013. Fue una gran experiencia antropológica. El equipo de filmación venia de Buenos Aires, con todo lo que eso implica: el ritmo acelerado, la sensación de apuro para filmar todo cuanto antes, mientras no hubiera lluvia, y entrar en el monte hasta la comunidad El Traslado, 150 km al este de Tartagal, Salta, aislada de todo centro urbano. Una vez ahí, fue necesario aprender a escuchar, a dialogar en términos muy pausados, no estridentes y respetar las tiempos y hábitos.
Creo que lo que más valoramos de la experiencia del rodaje, fue el hecho de generar un vínculo humano con los protagonistas de la historia, quienes nos mostraron un universo fantástico, de conexión con la naturaleza, con el monte chaqueño, con actividades como la caza y la recolección de miel, realizadas con técnicas que jamás hubiéramos imaginado.
SLT: – Pero además de los integrantes de estas comunidades, el documental recoge la palabra de investigadores y extensionistas, que tienen otro registro ¿Cómo pensaron e hicieron interactuar esas líneas narrativas?
Lucas: – Por un lado están los desmontes y la frontera agropecuaria, que avanza. Para entender ese proceso se plantean las causas desde un punto de vista científico y se proponen nuevas soluciones. Por otro lado, están las comunidades originarias, que son el gran valor que está en juego, la pérdida de una diversidad cultural enorme.
¿Cual es esta pérdida cultural que está en juego? La observación de la comunidad wichi El Traslado, en representación de tantas otras comunidades, intenta responder esa pregunta. En el medio, las líneas narrativas intentan entrelazarse para hacernos parte a cada uno de los espectadores de este conflicto y tomarlo como propio.
SLT: – ¿Cómo fue el trabajo, como director de cine, al interactuar con científicos y comunidades originarias?
Lucas: – Fue una linda experiencia, tratar de hacer confluir estos dos mundos tan diferentes. Por el lado de las comunidades originarias, el trabajo consistió en generar el vínculo y la confianza necesaria para que nos mostraran sus actividades en relación con el monte y lograr que se sintieran a gusto con lo que conlleva un rodaje: muchas horas de trabajo con las cámaras, los tiempos para realizar las puestas, los encuadres y las tomas de sonido, mientras desarrollaban actividades como la recolección de miel, la caza y el hilado de las prendas. Compartir esas actividades cotidianas fue muy gratificante.
Respecto del mundo científico, fue tranquilizador contar con la supervisión de la Facultad de Agronomía, por el desafío que implicaba comprender temas tan específicos y llevarlos a un lenguaje comprensible para un público general. Por suerte todo se fue dando de manera muy seria y de trabajo en conjunto.
SLT: – ¿Qué criterios tuvieron en cuenta para elegir a los protagonistas del documental?
Lucas: – Las personas fueron seleccionadas por sus diferentes especialidades que aportaban reflexiones, puntos de vista y posibles solución al conflicto, que es muy complejo. Por eso queríamos muchas voces que interactuaran de manera interdisciplinar. Por el lado de las comunidades originarias, buscamos una comunidad originaria en la que los desmontes aún no hubieran eliminado sus valores y sus vínculos con el monte, como El Traslado.
SLT: – ¿Cómo financiaron la película?
Miguel: – La película se financió con subsidios otorgados por ONGs y logística en el territorio, proyectos de la Universidad de Buenos Aires, infraestructura de la Facultad de Agronomía y equipos de filmación alquilados.
SLT: – ¿Podrían comentarnos cómo fue el recorrido de la película por festivales y otros espacios de exhibición?
Lucas: – La película participó en 13 festivales, entre los que se destaca su estreno en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, el más importante de Latinoamérica. A partir de ahí hizo un gran recorrido por el interior y también en Buenos Aires, como en el Festival de Derechos Humanos, donde recibió el premio del público a la mejor película en competencia, y menciones de los jurados. También tuvo participaciones fuera del país, como en Suecia, Colombia o Chile, donde ganó el premio a la “Mejor película en competencia” en el Festival de Cine de los Pueblos Indígenas.
La película también participó en jornadas en centros culturales y provocó una gran demanda a nivel educativo, en el CBC y en diferentes carreras que se dictan en la UBA, en otras universidades del país y muchas escuelas de nivel secundario. También en congresos de ordenamiento territorial. Es una película que tiene una gran fortaleza discursiva y muchas facetas útiles para generar debate.
SLT: – ¿ Cuál fue la respuesta del público?
Lucas: -Creo que el público en general responde de manera muy activa. No le resulta una película intrascendente y creo que ahí esta su gran valor. Genera sentimientos fuertes, opiniones encontradas y empuja reacciones de las más diversas. Todos tienen su punto de vista acerca de lo que cuenta la película y sobre todo, sobre cómo resolver los conflictos que desarrolla. Cada espectador es único.
Una opinión que me quedó grabada sucedió en el marco del Festival Internacional de Derechos Humanos que se realizó en la Ciudad de Buenos Aires. Una espectadora me preguntó: ¿Por qué me hiciste sentir incómoda toda la película? Realmente no esperaba esa pregunta, pero me pareció que era una muy buena señal de que la película genera sensaciones.
Aunque aún no la vi, una gran iniciativa, sin lugar a dudas…
Es interesante cuando una herramienta tan útil, como el cine, se pone al servicio de la visibilización de conflictos tan causalmente ocultados, como la situación de los pueblos indígenas y campesinos, del Gran Chaco.
Felicitaciones y cuenten con nosotros para seguir difundiendo el tema…
Extraordinario! Tenemos dos peticiones con aproximadamente 8.000 firmas de 34 países, en relación a este crimen ecológico. Hasta el momento no hemos podido llegar al MERCOSUR. Los organismos nacionales no nos han escuchado. Será esta una nueva puerta?