(SLT-FAUBA) En la Patagonia, aquellos campos que poseen mallines (tierras bajas inundables que producen buen forraje) pueden producir tanto ovejas como vacas de manera más rentable. En mayor o menor medida, estas áreas tan preciadas se encuentran invadidas por especies forrajeras exóticas. Investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), encontraron que en el oeste de Chubut, la producción forrajera de los mallines aumenta con la proporción de estas plantas exóticas, y este resultado concuerda con los hallazgos de la red NutNet en pastizales de todo el mundo. Si bien producir más forraje es deseable, los científicos de esta red advirtieron sobre los riesgos que las invasiones de exóticas implicarían, en el largo plazo, para la estabilidad productiva de los pastizales.
Gonzalo Irisarri, docente de la cátedra de Forrajicultura de la FAUBA, le explicó a SLT su visión en este sentido: “Encontramos que la producción de forraje de los mallines se relaciona positivamente con la proporción invadida por especies exóticas. Es obvio que el productor siempre va a querer aumentar la cantidad de forraje de una u otra manera. No obstante, creo conveniente encender una luz de alerta: a futuro, el aumento de exóticas podría impactar negativamente sobre la capacidad productiva del sistema tornarse menos diversos”.
Los productores podrían elevar la proporción de forrajeras exóticas en los mallines por diversos caminos. Uno es la siembra, o la intersiembra, de forrajeras exóticas; no es una práctica generalizada. Otra práctica más generalizada es la fertilización de los mallines. “Fertilizar con nitrógeno es una forma indirecta, y menos estudiada, de aumentar la importancia relativa de las exóticas. Algunos productores que fertilizan logran elevar la producción de forraje hasta un 30% en comparación con mallines no fertilizados. Pero si esta práctica se mantiene en el tiempo, es probable que las forrajeras exóticas pasen a dominar estos humedales. Y esto es, justamente, lo que nos alerta: no sabemos cuánto podrían afectar esas especies exóticas la producción de pasto de un año a otro”.
Ojos de agua que fluye
Potencialmente, el 5% de los suelos de la Patagonia extra-andina pueden soportar mallines. El manejo de estas áreas bajas inundables no es sencillo, y el riesgo de deterioro siempre está presente. Al respecto, Gonzalo, quien también es Investigador Asistente del CONICET, nos contó: “Para el productor es complejo establecer pautas de manejo. Las distancias en la Patagonia son inmensas y es poco frecuente que haya un movimiento de animales entre momentos del año. Esa es una de las causas por la cuales los mallines se deterioran: soportan animales caminando por ahí en los momentos que sus suelos tienen agua en superficie y son más sensibles al pisoteo. Actualmente, no sabemos cuánta de esta superficie, en toda la Patagonia, se estaría degradando, ni a qué velocidad”.
Para los ganaderos patagónicos siempre ha sido clave saber cuánto forraje producen los mallines a lo largo del año. Al presente, esa información está disponible gracias a los satélites. “Durante mis estudios de maestría investigué la producción de forraje en los mallines usando información satelital. Hoy podemos estimar cuánto forraje producen los mallines del oeste de Chubut, y estamos trabajando para abarcar más áreas de mallines en la Patagonia”, aclaró el investigador al sitio de divulgación científica Sobre La Tierra.
Exóticas sin fronteras
La relación que descubrió Irisarri entre producción de forraje e invasión de especies exóticas es similar a la que Enrique Chaneton le contó a SLT para pastizales del Salado, Pcia. De Buenos Aires (ver “Riesgos para la sustentabilidad en la Cuenca del Salado”), y a la que encontraron investigadores de otros países, pertenecientes a la red NutNet. Esta red de experimentos reúne el trabajo de científicos que estudian cómo los nutrientes y la presencia de herbívoros modifican la estructura y el funcionamiento de los pastizales en casi todo el planeta. En un trabajo publicado recientemente en la prestigiosa revista Nature Communications, investigadores de la NutNet mostraron que al fertilizar los pastizales con nitrógeno y fósforo aumenta la cobertura de especies exóticas en detrimiento de las especies originales, en pastizales de todo el mundo. Este resultado debería ser una señal de alerta ya que los pastizales tienen menos probabilidades de perdurar en el tiempo a medida que se vuelven menos diversos.
“Una gran ventaja de pertenecer a la NutNet es que todos los sitios experimentales se manejan con un protocolo en común. Esta forma estandarizada de realizar experimentos y de analizar los datos asegura que las conclusiones se puedan compartir y generalizar para todos los sistemas de pastizal. Por esta razón es que, justamente, queremos incorporar a la red una cantidad de sitios de estudio a lo largo de la Patagonia, ya que queremos evaluar cómo la fertilización afecta la producción de materia seca y la diversidad de especies que explican esa producción. Usar el protocolo de la NutNet nos pondrá en pie de igualdad para compararnos no sólo con pastizales de todo el mundo, sino también con otros pastizales de la Argentina”, indicó el investigador.
El pasado mes de noviembre, Gonzalo Irisarri resultó distinguido con uno de los premios de la 6a edición del Fondo para la Conservación Ambiental, organizado por la Fundación Banco de Galicia. Cada año, el Fondo premia proyectos de investigación y gestión orientados a la conservación ambiental y al desarrollo sustentable del país. Este año, la temática de la convocatoria fue “Prácticas Agropecuarias Sustentables”. Un jurado de expertos evaluó los 121 proyectos presentados y seleccionó cinco ganadores. Cada uno recibió un estímulo de hasta $80000. En relación a su proyecto, Gonzalo le contó a Sobre La Tierra: “Mi proyecto se basó sobre tres puntos: a) describir la producción de forraje en los mallines patagónicos usando imágenes satelitales. Esto será de gran valor a futuro, a la hora de diseñar planes de manejo; b) crear una base de datos donde se describa la diversidad vegetal en losen estos ambientes. Para eso voy a usar información de la flora de los mallines de toda la Patagonia (en muchos casos ya está descripta), y c) instalaré tres parcelas experimentales dentro de la NutNet, a lo largo de un gradiente de humedad entre 800 y 200 mm/año. Esto me permitirá investigar cómo la fertilización afecta la biodiversidad vegetal de los mallines a corto, mediano y largo plazo.”
Estimados, la llama no es un herbívoro nativo y casi no existen ejemplares en la Patagonia.
Estimado Jorge, gracias por dejarnos tu comentario. Nosotros pudimos verificar esto en https://sib.gob.ar/especies/lama-glama. Saludos!