(SLT-FAUBA) Hace 15 años, la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) comenzó a trabajar en conjunto con la Municipalidad de Daireaux, Provincia de Buenos Aires, en un proyecto orientado a mejorar el manejo y la conservación de sus suelos, ante el gran crecimiento de la agricultura en la región. Esta iniciativa, que hoy involucra al 25% de los productores locales, fue el puntapié para fomentar el vínculo entre ambas instituciones y trascender aspectos productivos para incorporar una gran cantidad de acciones sociales, culturales y académicas.
“El Proyecto de Mejoramiento de los Suelos nos acercó a las demandas de la comunidad. A partir de ese momento participamos en la creación del Centro Regional Universitario de Daireaux, donde desde 2009 se dictan la carrera de Martillero y Corredor Público Rural y distintos cursos de capacitación técnica. Estas iniciativas contribuyeron a reducir la migración y a brindar una cantidad más grande de oportunidades a los jóvenes que buscan una formación profesional”, indicó Oscar Santanatoglia, profesor emérito de la UBA, director de la carrera y vicedirector del Centro de Capacitación Técnica.
“En 2011, la carrera de Martillero y Corredor Público Rural tuvo los primeros 16 egresados. Este año van a egresar otros 14 alumnos de la segunda cohorte”, apuntó, y señaló que el vínculo con la municipalidad permitió que los jóvenes realicen allí el Ciclo Básico Común a través de UBA XXI para algunas carreras y los cursos de capacitación técnica de educación no formal a cargo de docentes de la FAUBA.
“Queremos llevar las distintas oportunidades académicas, de investigación y de transferencia tecnológica de la UBA a las comunidades. Asimismo, la idea es brindar una mejora en las alternativas de educación para aquellos ciudadanos que no tienen la posibilidad de salir de su pueblo en búsqueda de formación profesional o que no terminaron el secundario”, destacó Santanatoglia.
Actualmente, la FAUBA también es tutora del Colegio Secundario CEPT N0. 27 de Arboleda, Partido de Daireaux. En este marco, la Cátedra de Manejo y Conservación de Suelos realiza cursos, charlas, talleres y actividades prácticas con los estudiantes y articula pasantías con el INTA Pergamino. Además, la llegada de la Universidad de Buenos Aires a Daireaux también incluyó un convenio entre el Hospital Municipal y la Facultad de Medicina de la UBA, así como la creación de la carrera de Enfermería.
“Durante la inauguración del Centro Regional Universitario, que contó con la participación de las autoridades municipales y de la UBA, convocamos artistas del Teatro Colón que ofrecieron un concierto lírico con la actuación de un tenor y una soprano, posibilitando acercar estas u otras opciones culturales a la comunidad”, destacó el profesor.
Manejo y conservación
“El 75% del PBI del Municipio de Daireaux se explica por la actividad agropecuaria. Por esa razón, sus autoridades se interesaron en el Plan de Manejo y Conservación de Suelos desde un principio, en 2002, cuando les acercamos el proyecto”, recordó Santanatoglia, quien dirige el proyecto y es investigador de la cátedra de Manejo y Conservación de Suelos de la FAUBA. En ese momento, el avance de la agricultura (en especial del monocultivo de soja), había desplazado a la ganadería y acelerado el proceso de erosión de los suelos, que en esa región están compuestos por un 75% de arena.
El docente resaltó la importancia que le asignaron las diferentes gestiones de la municipalidad para dar continuidad al plan de suelos, que cuenta con la adhesión de 200 productores, 80% de los cuales posee menos de 600 hectáreas. En total, hay 80 mil hectáreas integradas al proyecto. Así es como las autoridades locales decidieron prorrogar el convenio con la FAUBA hasta 2020 para seguir avanzando en el mejoramiento de sus suelos.
Como incentivo para los productores que se incorporen al plan, el municipio estableció un descuento del 5% de la tasa vial. Quienes se adhieren de manera voluntaria al proyecto deben elaborar un mapa de su establecimiento, indicando el manejo por ambientes (bajos, lomas y medias lomas), y presentar un plan de rotación de cultivos a cinco años (con avena, vicia, maíz, trigo, cebada, girasol) que tenga un balance de carbono positivo. La FAUBA, por su parte, monitorea las tierras en el comienzo del proceso y luego de cuatro años.
Los beneficios no tardaron en llegar: A partir del trabajo de estos 15 años, la materia orgánica se mantuvo o incrementó, y disminuyó la erosión. La presencia de mayor cantidad de nitrógeno (disponible en el suelo a través de la materia orgánica aportada por la rotación) permitió disminuir la aplicación de fertilizantes nitrogenados. La rotación también permitió obtener muy buenos resultados en el control de las malezas y una disminución en el uso de agroquímicos.
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