(SLT-FAUBA) Aun cuando resta conocer la letra chica del acuerdo comercial anunciado entre el Mercosur y la Unión Europea, especialistas en la materia analizaron las oportunidades que podría representar una mayor apertura entre ambos bloques para la agroindustria argentina, y advirtieron que algunos sectores no podrían ser competitivos con su estructura actual (de costos, productividad y eficiencia) ante una baja de aranceles que en los próximos años beneficie a los productos europeos.
“Todavía no sabemos los detalles del acuerdo, que en el mejor de los casos estaría operativo en 2025. Incluso, hay algunos productos que recién se van a comercializar entre los dos bloques en 15 años”, indicó Sebastián Senesi, director del Programa de Agronegocios de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), y advirtió que para entrar en vigencia este acuerdo primero deberá ser refrendado por los parlamentos de los países miembros del Mercosur y de la Unión Europea.
“Un tema a tener en cuenta es que, en el caso de la Argentina, esta instancia va a trascender al Gobierno actual. Creo que ante las elecciones presidenciales, y más allá de las posiciones políticas, el acuerdo comercial es beneficioso para un país que necesita de dólares. Podría ayudar a resolver algunos aspectos de nuestra macroeconomía”, consideró.
Senesi destacó que el 60% de las exportaciones argentinas provienen del sector agropecuario. En relación con esta cifra, indicó que el 80% de los productos y servicios que incluye el acuerdo Mercosur-Unión Europea son generados por la agricultura y la ganadería. “Me parece trascendental poder alcanzar un acuerdo que mejore las condiciones de acceso de estos bienes y servicios, con una reducción en los aranceles internacionales y mejoras en las normativas que hacen a los procesos comerciales”, afirmó.
Además especificó que, con 800 millones de consumidores potenciales, el mercado europeo representa el 25% del PBI mundial. “Por eso es muy importante poder generar un mayor intercambio comercial con condiciones preferenciales”.
Oportunidades
Senesi detalló que, “cuando el acuerdo se ponga en marcha, el Mercosur lograría ampliar el cupo de carne bovina, para llegar a las 99 mil toneladas prácticamente sin arancel. También estaríamos entrando, en las mismas condiciones, con 180 mil toneladas más de carne aviar y 25 mil toneladas de carne porcina. También con 200 mil toneladas de etanol, con un arancel totalmente reducido”. El compromiso también permitiría exportar al mercado común europeo productos industrializados que hoy no están permitidos. Tal es el caso del aceite refinado de girasol. “Actualmente sólo se exporta aceite crudo, que se refina en Europa. El acuerdo permitiría generar ese valor localmente”, apuntó.
Más allá de las oportunidades que puedan surgir para la ganadería y la agricultura, el docente de la FAUBA subrayó que la noticia también representaría una oportunidad para las economías regionales, debido a que los consumidores europeos demandan productos con identidad de origen, que representen la cultura de cada lugar, y pagan precios diferenciales. Para ejemplificarlo, se refirió al caso de la miel, debido a que tras el acuerdo podrían ingresar otras 45 mil toneladas de nuestra región a la Unión Europea, con lo cual se duplicarían las exportaciones actuales de ese producto: “Se trata de un negocio de especialidades, porque no van a comprar una miel común, sino que se va a facilitar el comercio de mieles especiales o con determinadas características”.
“Creo que se abre una oportunidad para que las pymes argentinas puedan ampliar su mercado y sumar consumidores para sus productos y servicios. De otro modo les sería imposible o muy difícil ingresar al mercado exterior”, dijo Senesi, y afirmó que el acuerdo prevé fondos y acciones específicas para que puedan insertarse a través de inversiones en tecnología para mejorar sus procesos y su productividad.
Futura competencia
El acuerdo prevé que la baja de aranceles será recíproca. Esto significa que la Argentina también debería abrir su mercado a productos y servicios europeos. “Seguramente hay sectores que van a tener que adecuarse y ser más competitivos. Por ejemplo, los aranceles para el aceite de oliva recién se van a bajar dentro de 15 años, justamente para dar tiempo a que las desigualdades, que en este caso perjudican a la Argentina, puedan ir acoplándose y ajustándose a la futura competencia”, sostuvo Senesi. “Habrá que ver cuál es la letra chica y cómo se instrumentará el compromiso para conocer el verdadero impacto en cada uno de los sectores”, opinó.
“Evidentemente, hay una necesidad por parte de la Unión Europea de tomar posiciones políticas estratégicas hacia delante, en torno al aprovisionamiento de materias primas y de alimentos, sabiendo que no van a poder sostener un nivel de subsidios tan fuerte como el actual, en términos ambientales, productivos y económicos. No es casualidad que, hasta ahora, hayan puestos reparos países como Francia, Polonia, Hungría, y Estonia, cuyos sistemas agropecuarios tienen similitudes con el nuestro. Pero en general hay una buena recepción por parte de Europa sobre este acuerdo con el Mercosur”, concluyó.
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