(SLT-FAUBA) El vínculo Antonio Hall con la EPG comenzó al menos cinco años antes de su creación cuando, por pedido de Alberto Soriano, integró el equipo que dictó el primer curso de Ecofisiología de los Cultivos. Este sería uno de los orígenes de la Escuela para Graduados de la FAUBA, creada por la UBA en 1986, y también significaría un punto de partida para que los agrónomos pudieran realizar posgrados en la Argentina.
Discípulo de Soriano, Hall dirigió algunas de sus principales creaciones, como el Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas Vinculadas a la Agricultura (IFEVA) y la EPG. Entre 1986 y 1996 coordinó la maestría de Producción Vegetal de la FAUBA. Luego sucedió como director a Soriano en la EPG y en 2004 reemplazó a Rodolfo Sánchez en la dirección del IFEVA.
Su “momento eureka”, como le gusta llamarlo, sucedió recientemente a raíz de un Taller Especial (TaPE) y una reunión anexa que, en correlación con la tesis número mil que se rindió en la EPG, marcaron un nuevo hito en una historia que lleva más de tres décadas de trabajo.
Hall destaca las posibilidades que hoy tienen los estudiantes de formarse en el país en carreras de posgrado reconocidas internacionalmente, y reconoce los beneficios que también otorgan las capacitaciones en el extranjero. Asimismo, valora el desarrollo académico de las nuevas generaciones y su inserción en todos los ámbitos de la agronomía: “Agrónomos que trabajan en universidades, empresas, CREA, INTA aprovecharon esa educación con resultados verdaderamente difíciles de creer ahora”, concluye.
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