(SLT-FAUBA) A partir de ensayos realizados en condiciones controladas y estudios en el campo a lo largo de cuatro años, un equipo de investigadoras de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) determinó que la fertilización estaría alterando la composición, la diversidad y la estructura de los pastizales naturales de la Pampa Húmeda y afectando su capacidad de resistir a grandes inundaciones.
“Las grandes inundaciones limitan el crecimiento de especies de plantas indeseables, que son promovidas por el pastoreo, y favorecen a los pastos nativos tolerantes a esas condiciones de estrés. Sin embargo, la creciente transformación de los ecosistemas por la actividad antrópica y el cambio global aumentan los niveles de nutrientes y disminuyen la biodiversidad en los pastizales”, afirmó Florencia Buraschi, quien estuvo a cargo de la investigación en el marco de su tesis para la licenciatura en Ciencias Ambientales de la FAUBA, bajo la dirección de las docentes de la cátedra de Ecología Pamela Graff y Sofía Campana.
“Este trabajo tuvo dos puntos salientes: manipulamos los nutrientes en comunidades de pastizal —en un experimento de cuatro años de duración— y usamos imágenes satelitales MODIS para caracterizar las inundaciones según su duración, extensión espacial e intensidad, a una escala espacial más parecida a la de las parcelas en las que estábamos registrando los cambios en la composición de plantas del pastizal”, dijo Graff, y afirmó que, para avanzar en los estudios, recibieron la colaboración de Martín Durante, técnico del INTA Concepción, quien anteriormente ya había trabajado con inundaciones en el delta del Río Paraná.
“Evaluamos la vegetación de un pastizal que nunca fue sembrado con la idea de conocer cómo respondían las especies nativas o naturalizadas. Las graminoides y las dicotiledóneas son los grupos de plantas que dominan en este pastizal de la Pampa Deprimida. En otros campos, las leguminosas introducidas, como Lotus, pueden ser un componente importante en la composición, por eso las incluimos en el análisis, aunque en este pastizal tienen una cobertura muy baja”, dijo la docente de la FAUBA.
En base a la literatura —gran parte generada en la FAUBA por docentes como Enrique Chaneton—, las investigadoras conocían que cada uno de esos grupos de plantas se comporta de un modo diferente ante los factores de perturbación típicos de la región, como las inundaciones invernales y el pastoreo vacuno. La bibliografía indicaba que las especies graminoides y leguminosas serían las más consumidas por el ganado y, a su vez, poseerían una mayor resistencia al anegamiento respecto de las dicotiledóneas, que son menos preferidas por los animales. Las inundaciones compensarían el efecto que provoca el pastoreo en el pastizal, lo que ‘resetearía’ el sistema y mantendría su composición. Con ese punto de partida, evaluaron si la fertilización podía interactuar con las inundaciones y modificar la composición de los pastizales.
Resultados
Los resultados de los ensayos realizados entre 2014 y 2017 en el partido de Pila, provincia de Buenos Aires, permitieron confirmar que las inundaciones invernales de mayor magnitud aumentan la cobertura de pastos y otras graminoides, mientras que disminuyen las malezas dicotiledóneas. Sin embargo, cuando el pastizal se fertilizó, la cobertura de graminoides fue menor frente a inundaciones muy intensas y durables, una respuesta contraria a la esperada por las investigadoras de la FAUBA. “Esta disminución en la cobertura de graminoides con las inundaciones en sitios fertilizados no fue compensada por un aumento en otros grupos. Esto llevaría a pensar que la fertilización está alterando la composición, diversidad y estructura de estas comunidades y modificando su capacidad de resistir las perturbaciones”, explicaron al sitio de divulgación Sobre la Tierra.
Para analizar este fenómeno, Buraschi se remontó a una inundación fuerte que afectó a Pila en 2015, en el agosto más lluvioso de los últimos 58 años, al que estudió en particular durante su tesis: “Luego de este evento extremo aumentó la biomasa verde (compuesta principalmente por graminoides) en el pastizal no fertilizado, pero no detectamos que se acumule más biomasa en las parcelas fertilizadas”.
Estos resultados causaron sorpresas en relación con las hipótesis que habían planteado las investigadoras cuando planificaron los ensayos: “En las parcelas fertilizadas esperábamos encontrar un aumento mayor de la cobertura y la biomasa de graminoides frente a las inundaciones”, dijeron. “Teníamos evidencias previas de que las graminoides nativas de este pastizal poseen adaptaciones fisiológicas y morfológicas que les permiten seguir creciendo durante las inundaciones. Esto nos permitió predecir que el pastizal natural podría responder positivamente al agregado de nutrientes por fertilización con inundaciones intensas y prolongadas. Sin embargo, el patrón que encontramos fue el contrario”.
“Pensamos que en estas áreas fertilizadas está aumentando la productividad primaria, pero con la fertilización también se intensificaría el consumo del ganado. Esto nos estaría impidiendo detectar aumentos de biomasa en respuesta a la fertilización en las parcelas fertilizadas”, consideró Campana, quién también se enfoca en estos estudios para su tesis doctoral. “Tenemos evidencias de que también está cambiando la composición de especies y la estructura de estas comunidades con la fertilización, lo que podría disminuir la capacidad de estos sistemas para responder a eventos extremos como lo venían haciendo”, añadió.
La investigación también abrió un nuevo interrogante acerca de la dinámica de la composición y productividad de los pastizales frente a inundaciones de distinta magnitud y frecuencia. “Dentro de las consecuencias esperadas por el cambio global se encuentran aumentos en la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos y en la entrada de nutrientes en los ecosistemas. Con este estudio pudimos empezar a entender qué consecuencias traerían estos cambios a mediano y largo plazo en los grupos de plantas presentes en los pastizales”, agregó.
Hacia delante
Para haber alcanzado estos resultados en su investigación, Buraschi destacó los aportes de Enrique Chaneton, recientemente fallecido, quien comenzó su carrera científica en la década del ’80 estudiando el impacto de las inundaciones y la ganadería en la composición de plantas de los pastizales de la Pampa Deprimida.
“Fue el profesor con el que me contacté para realizar mi tesis de grado, después de cursar con él la materia Biodiversidad. Mi tesis estuvo enmarcada y guiada teóricamente en base a sus estudios previos, en los que avanzó con el conocimiento sobre cómo responden los diferentes grupos funcionales de plantas bajo estos factores de perturbación. Además, fue uno de los investigadores del Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas vinculadas a la Agricultura (IFEVA, UBA-Conicet) que inició el experimento de fertilización en 2013”.
Luego de concluir su carrera de grado, Buraschi aceptó una beca del Conicet para iniciar su doctorado en la FAUBA, dirigida por Gustavo Striker, investigador del IFEVA. “Voy a analizar los mecanismos fisiológicos de tolerancia y recuperación a las inundaciones en leguminosas del género Lotus, que son clave porque representan el componente leguminoso —que posee un valor proteico elevado— del forraje disponible. No hay que perder de vista que los pastizales naturales son el sustento principal para los sistemas de ganadería pastoril”, concluyó.
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